domingo, 18 de enero de 2009

EL DISFRAZ QUE CAMBIO MI VIDA


Cuando el amor se junta con el carnaval se vive de una manera diferente; pero si viene disfrazado de marimonda es inolvidable. Aunque no conocí al amor de mi vida en un carnaval, fue gracias a su disfraz que encontré de nuevo la alegría y la felicidad.

Fue una marimonda la que me enseño a vivir las fiestas del Rey Momo como miembro de “Las marimondas del Barrio Abajo”, comparsa donde aprendí que esta es la única fiesta de Colombia donde se mezclan todas las razas y clases sin distingo, donde cada miembro entiende su responsabilidad como hacedores del carnaval y en donde comprendí que, de la mano de una marimonda en la vía 40, danzaba no solo para divertir a la gente sino para volver a encontrar la felicidad.

Fue gracias al disfraz de marimonda que me di cuenta que me faltaba mucho por vivir, que la felicidad se encuentra donde menos se espera y que la vía 40 no es solo un lugar por donde desfilar sino que también es una especie de catalizador en donde, cada sábado de carnaval, cada miembro de la comparsa renace para disfrutar de esa enfermedad que se llama carnaval, que en vez de matar, lo que hace es darnos la energía para sobrevivir un año entero, mientras llega la siguiente lectura del bando

A mi esa enfermedad se me contagio a través de una marimonda, que se convirtió en mi guía en ese renacimiento, que me mostró como, a medida que se acerca ese primer desfile, la marimonda va reviviendo y cobrando fuerza, hasta que estalla en jubilo cuando escucha los primeros compases musicales en la vía 40.

Jamás olvidare a esa marimonda, a quien siempre tendré presente en mi corazón, por que no todos los días alguien te explica como un simple disfraz puede convertirse en esencial para tu vida.

Y por eso, desde aquí le digo a mí querida marimonda: si algún día decidimos casarnos, nuestros trajes de novios serán el disfraz que nos revive cada año, para que así, cada sábado de carnaval, renovemos nuestro compromiso.

El padrino esta escogido y no puede ser otro que nuestro director, Cesar “Paragüita” Morales, el baile nupcial estará a cargo de una papayera y la calle de honor la harán unas marimondas con sus narices levantadas al cielo.

Joselito
Miércoles de ceniza de 2008

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