domingo, 28 de noviembre de 2010

IDEAS PARA MIS QQ:. HH:. COMPAÑEROS

Todo lo racional es real; y todo lo real es racional”

Georg Hegel.



Por: Luis Alberto Amin Rojas

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En alguna parte de nuestra liturgia en el grado de Apr.·. Se dice “… aspiramos a que hagáis de vos mismo un hombre nuevo, a que muráis para todo vicio y renazcáis ávido de adquirir toda virtud”. Sin embargo en los tres viajes misteriosos del grado de Apr.·. se señalan los elementos a desbastar constantemente. Es aquí donde debemos reflexionar y comprender el significado del mazo y el cincel, poderosas herramientas que nos hacen mejores seres humanos. Y luego, en el proceso evolutivo como masón, en el grado de Comp.·., se enseña gradualmente lo que los seres humanos debemos aprender para mejorar nuestra condición, mediante el conocimiento que nos dará la luz necesaria para vivir con la ciencia y en la virtud. En este sentido debéis estudiar la secuencia y el significado de cada uno de los viajes realizados, y como podrías hacer de estos la practica necesaria en la construcción de un mundo mejor: con Inteligencia, con Rectitud, con Valor, con Prudencia y Amor.


Cada uno de nuestros actos, es una práctica masónica, que no es más que un estilo de vida del hombre nuevo y virtuoso. Pero nuestra masonería es progresista, dinámica y adogmática. Esto significa que el hombre nuevo busca razones para explicar nuestro entorno; por esto es un investigador permanente.


Frente a nuestros sentidos esta lo real, pero no es suficiente darse cuenta de que hay algo ahí. La conciencia de la cosa pide ayuda a la razón espontáneamente, cuando nota la presencia de algo pregunta que es. Cualquiera que desee entender algo tiene que buscar razones de ese algo. Entender es poseer razones que expliquen lo que sucede o forma de ser de una cosa.


Los animales no poseen la capacidad de captar las razones de lo que sucede. Solo captan el suceso y reaccionan instintivamente mediante los estímulos. Por esto los griegos llamaron al hombre el animal racional. En este grado, el conocimiento es fundamental y tiene por objeto el perfeccionamiento del compañero masón. La libertad en gran medida, consiste en alejarse de la animalidad que lo ata a su condición inferior sin que esto implique despreciar el significado de lo natural.


El universo conocido es racional, en él todo tiene razón de ser. Los entes que lo componen son ahora de un modo y antes fueron de otro modo, cambian sin dejar de ser, pueden dejar de ser como son y ser de otra manera. La temporalidad se despliega armoniosamente con el ser y la razón de ser de las cosas. La ignorancia consiste en no tener “en la cabeza” las razones necesarias para explicar algo. Por esto el mundo es racional, porque en el nada sucede sin razón.


En este orden de ideas el masón progresista, adogmático y dinámico, en su quehacer debe ser claro, exacto, preciso y relevante. Para nadie es un secreto que todo el mundo piensa, pero mucho de nuestro pensar, por sí solo, es arbitrario, distorsionado, parcializado, desinformado o prejuiciado. Sin embargo nuestra calidad de vida y lo que producimos depende precisamente de nuestros pensamientos.


Cuando investigamos el proceso de la percepción humana, cuando sabemos la fisiología del proceso perceptivo de nuestro sistema sensorial y como los estímulos son procesados por el cerebro, entonces entendemos como aprenden los seres humanos racionalmente en la verdad demostrable y confiable, alejándonos del oscurantismo de las creencias, mitos y fabulas, que muchos mercaderes de la ignorancia siembran, propagan y explotan en beneficio propio.


En estos tiempos no creamos dioses para justificar lo que no comprendemos o no podemos explicar. El conocimiento científico, a través de la historia de ciencias, demuestra cómo ha ido desmitificando y desmoronado fetiches. Ya no existen la infinidad de dioses que en el primitivismo en su ignorancia el hombre creo. Hoy, tenemos y seguimos descubriendo las leyes y los principios que regulan y explican el universo en que vivimos.


QQ.·. HH.·. Comp.·. los invito a construir y descubrir desde el conocimiento científico y la racionalidad la verdadera luz, disipando el oscurantismo y fanatismo.



“El hombre que no es capaz de luchar por la libertad, no es un hombre, es un siervo”

Hegel.





lunes, 8 de noviembre de 2010

EL SIMBOLO DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO (G:.A:.D:.U:.) Y LA BUSQUEDA DE LA VERDAD

Por: Oscar Obeso Hernandez

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Cuál es el significado del GADU? El GADU es Dios, Allah, Jehová, Yahvé? Para responder a los interrogantes comenzaremos por decir que en la Masonería hay teístas católicos, protestantes, judíos, judíos ortodoxos, musulmanes, deístas y panteístas, racionalistas, esotéricos, ocultistas, agnósticos, ateos: todos acogidos en el amplio y generoso pecho de la orden, que no niega su amparo a ningún ser humano, de buenas costumbres, honesto, sincero, tolerante, buscador del progreso personal y social. La masonería admite en su seno, a hombres y mujeres de bien, cualquiera sea su ideología o condición religiosa.


Nuestra noble y augusta orden, es una institución para la iniciación espiritual por medio de símbolos. El método masónico de iniciación ha conocido numerosos sistemas de articulación, esos sistemas reciben el nombre de Ritos y cada parte significativa de un rito constituye un ritual, destinado a una enseñanza específica. Un Rito es un sistema sicodramatico de transmisión coherente, gradual y progresivo, de principio a fin de una enseñanza.


Los métodos, ritos o sistemas masónicos se dividen en grados y cada grado tiene su propia temática, dentro de un denominador común, LA BUSQUEDA DE LA VERDAD, como meta del deber de perfeccionamiento en fraternidad. La idea del rito es la de proponer, en cada grado (1 a 33) mediante símbolos, una posible forma de perfección personal de lo sagrado, de lo trascendente, como etapa del progreso espiritual hacia el conocimiento.


Los SIMBOLOS son en esencia, signos con una determinada carga afectiva o emocional, que puede ser consciente o hallarse apretada en el inconsciente del sujeto que los contempla o los reproduce. Representan vivencias almacenadas en algún nivel psíquico de toda persona o bien de personas integradas en un mismo grupo cultural. Los símbolos provocan una resonancia íntima como si se tratar de un eco, aflorando un conocimiento intuitivo o sensible. En la medida en que se reflexione sobre ello, se comprenderá que lo que hace el símbolo es revitalizar una vivencia o un haber íntimo, y que habrá símbolos con distintos potenciales de CARGA para cada persona, en este sentido. Una plomada, por ejemplo, evocará distintos conocimientos-vivencias en un médico y en un albañil o en este y en un masón.


Mucho antes de que diese nacimiento la masonería especulativa, su gran hermana contemporánea, la masonería operativa había creado, ya en la edad media, un lenguaje simbólico, con imágenes plenas de sustancia, puesto que el pensamiento libre, conservado celosamente por cerebros elegidos, no corría el peligro de prostituirse. Las antenas sutiles que la mente humana tiende a veces hacia el mundo misterioso de los arquetipos y los universales, captan con gran frecuencia conceptos cuyas imágenes fugaces se mantendrían difícilmente en el consciente del hombre si los símbolos, como puentes tendidos entre la carne y el espíritu, no permitiesen percibirlas, representarlas y traducirlas.


Los símbolos que utilizamos los masones son palabras, números, figuras, mitos, leyendas, gestos, objetos, colores y expresiones corporales, herencia de la masonería medieval del oficio de los canteros constructores y de las diversas tradiciones iniciáticas, que son fuente de ella, de la cuales bebió y hoy hacen parte de nuestro acervo (Tradiciones iniciáticas del Antiguo Egipto, del judaísmo, del cristianismo primitivo, etc)


Desde sus orígenes nuestra augusta institución, baluarte del librepensamiento, oponiéndose a la dominación de las conciencias por parte de las estructuras eclesiásticas, al unísono con la ilustración, no propugna el ateísmo sino la libertad. Por la fuerza de sus Ritos y por su propia simbología está vinculada en la mayoría de sus ritos a un principio espiritual: EL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO, SÍMBOLO DE CARÁCTER INDEFINIDO Y ABIERTO, pero imprescindible para el mantenimiento del carácter iniciatico de la tradición Masónica, fue tomado del apóstol Pablo en el siglo XVIII, probablemente bajo la influencia de los pastores protestantes: “La ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios…” (Epístola a los Hebreos, 11,10). “He puesto los cimientos como un sabio arquitecto…” (1° Epístola a los corintios, 3,10).


Así, bien podemos decirlo, el GADU, es en la tradición masónica mayoritaria, la fórmula simbólica del logos, y como formula simbólica supone impregnaciones míticas de lectura y textura abierta: “ El logos es el fundamento mismo de todos los símbolos y de la acción simbólica; el logos es el símbolo por antonomasia, el paradigma de los símbolos; el logos es la reunión de los símbolos en su unidad, aquello por lo que hay símbolos, de igual manera que las letras del libro están reunidas en ese mismo libro y desde él narran y dicen las cosas del mundo”. (1)


La idea del GADU, desde el punto de vista del método masónico, por cuanto su función en el equilibrio simbólico de la logia, no es sino SUSCITATIVA y no cultural o teológica como sería lo propio de una confesión religiosa; se trata de una de una idea regulativa, es decir no de una idea de algo, sino una idea para algo. Es un símbolo hacia la transcendencia que llama a una libre interpretación y no a ser tomado como una revelación. En el momento en el que la logia diera una definición obligatoria de ese símbolo, lo que en realidad es una tentación permanente, y que muchas veces se presta para la confusión entre los HH (aprendices) rompería el pacto metodológico que el rito masónico impone y convertiría a la logia en una especie de secta o en una modalidad de catecismo, o simplemente en una iglesia de tipo religioso.


Debe observarse que ese método Masónico, no es sino un método, un catalizador, es la piedra de toque que decanta lo que hay en cada uno de nosotros, es como una TRAMA INCOMPLETA, que cada masón debe completar. La logia mediante el rito actúa en el colectivo común, aquella que permite la EGREGORA, (intenso sentido de unión, de fraternidad, de afecto, de intuitiva comprensión mutua, de compasión , de solidaridad) pero cada uno de nosotros QQHH debe descodificar el rito, de acuerdo con nuestra propia arquitectura interior, aprehensión de los símbolos, el fuero interno, y la capacidad de discernimiento; el obrero, el masón entre columnas es dueño de su propia obra (edifica su propio templo interior) y, con las herramientas comunes, con el mazo el cincel, la plomada etc, hace su propio trabajo y sigue su propia inspiración. Es así como el H.. Agnóstico que sin embargo acepta el símbolo del GADU, verá en este un principio regulador, el H:. Judío vera en el GADU a YAHVÉ o JEHOVA, el Dios de Israel y de Jacob, el H:. Musulmán, verá a ALLAH el uno y misericordioso, el H:. Cristiano protestante verá al Dios Justo y riguroso de Calvino, el H:. Cristiano Evangélico vera al Dios Magnánimo y terrible de Lutero, el H:. Católico-romano verá al Dios autoritario y paternal con delegación permanente en el Papa, en el Vaticano. En la Masonería Liberal, adogmatica y progresista, aquellos HH, que practican el Rito Francés Moderno, no compartirán el símbolo del GADU, bien por declararse ateos, o bien por preferir, incluso por razones religiosas, un rito estrictamente humanista, pero compartirán la voluntad constructiva que arrebata al hombre de la insignificancia, y participarán a través de su especifico rito de la misma Egrégora constructora, que anima a todos los masones del mundo, en la Búsqueda de la verdad, esta es mi verdad.




BIBLIOGRAFIA.-

Espiritualidad y Masonería, Jorge E. Sanguinetti. Editorial Kier, 2007.

La Masonería. Amando Hurtado. Editorial Nomos. Bogotá 2002.

Liturgia de Aprendiz, Gran Logia nacional de Colombia, edición 1999

Una Mirada a la Masonería Actual, Iván herrera Michel, Javier Otaola, Fondo de Publicaciones Sociedad Hermanos de la Caridad. Barranquilla,

(1) José Antonio Antón Pacheco. Simbólica Nómina. Barcelona, 1988, citado por Iván Herrera Michel, Javier Otaola en Una Mirada a la Masonería Actual.