Solo, y en silencio,
Reclinado sobre piedra tosca
Retiene el brazo mi cabeza pensante.
Solo, y en silencio,
Nudo azul, Amor, leal congoja,
Brota mi pecho herido y errante.
Solo, y en silencio,
Ojos vendados, hombro a solas,
A mi pie frágil cae un rocío de la tarde.
Y sobre piedra, mi pecho
Desnudo aún arde, por Aguda
Espada digna, de fuego y sangre.
¡Sublimidad de cielo!
Exhausto, cautivo; siento mi lucha
Despojada de armas y metales.
¡Dolor humano y llanto ciego!
En la sinceridad de corazón, se posa
La piedra, y ha calido sonido, nos invade
La luz libre, las voces, los ecos.
Triple virtud, y abrazos, nos saludan.
Entre viajes labro en armonía el Arte.
Y a Tres Pasos, y en silencio,
He cruzado a puro temple, la victoria;
Y mi alma toda: Renace, Renace, Renace.
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